Simboliza la Impermanencia y el Constante Cambio de la Vida.
Beber TAROT bajo su influencia se transforma en un ritual de aceptación del Flujo Natural del Destino.
Cada sorbo evoca la belleza de los ciclos, donde los altibajos se suceden y cada giro trae nuevas oportunidades.
Esta carta invita a abrazar la incertidumbre y a aprender de cada etapa, reconociendo que lo que sube, baja y vuelve a comenzar.
Es un recordatorio de que la vida, al igual que el vino, está en constante transformación, invitándote a disfrutar el presente con gratitud y optimismo ante cada cambio.